Blogia
lacarreradelsiglo

Aparcando la excavadora

Aparcando la excavadora

“¡Qué no me entere yo que ese culito pasa hambre!”. Antes de enganchar, camino del bar, voy ensayando por la calle: aunque pongan mala cara, se les hace la pepitilla agua. De desayuno, como cada mañana, un revuelto; la faena es dura y a primera hora, quieras que no, refresca. Cigarrito con los colegas a la puerta del tajo. Y el capataz que si llevábamos idea de trabajar hoy, otra vez tocando los cojones. ¡Dime quién es tu ginecólogo, para chuparle el dedo!” Dios, si es que se visten como putas… El bocata, de anchoas, no hay quien lo pase sin un par de copitas de buen tinto recio y un orujo, que es digestivo. Un chiste de guarras y otro de maricones. Como son estos chavales… ¡Paco, dile al Mohamé y al rumano a ver si bajan un poco el ritmo, que parece que les hayan metido una guindilla por el culo! Ni que fuera suya la empresa, cojones. “¡Guapa! ¡Que meas colonia!” Estoy del chaleco amarillo y del casco hasta los mismísmos, mañana ya veré si me lo pongo. Otro pitillito con los chicos y para afuera, que ya son las doce y media y estamos perdiendo dinero.

En la comida, vino de la casa y carajillo de coñac, que siempre entona y da alegría. Y de postre, un gin tonic, para quitar la sed de las horas de la tarde, que son las peores. “¡Que no tengo pelos en la lengua porque tú no quieres!”

Por la tarde se presenta el arquitecto, de traje y corbata, todos quietos en la mata que al señorito le han entrado dudas. “¡Con ese culo debes cagar croquetas!” Luego que no cunde: si tuviera callos en las manos otro gallo cantaría, como se nota que no has trabajado en tu vida... La virgen, cuanto ingeniero y que poca sangre. “…y va el gallego y le dice…” Las cinco. “¡Te vi a comer to lo negro!” Una cañita y para casa, que hoy estoy cansado, a ver que ha hecho de cena la parienta. Otra jornada laboral echada. Coño, si además es miércoles, hoy echan la Champions.

Qué vida más perra. Mucha titulitis y mucha ostia y al final los mismos cuatro tontos de siempre para sacar la faena. A ver si engancho pronto una primitiva y me retiro, ya veríamos entonces qué hacían sin mí en la empresa. ¡Menos mal que aún quedamos unos cuantos para levantar España!

0 comentarios